"No importa como te sientas"

Dios te ama. Y eso es suficiente. Ninguna circunstancia puede alterar el hecho de que sirves a un Dios maravilloso que te ama inmensamente. Por consiguiente, tus circunstancias o tu situación no tienen por qué determinar tu estado de ánimo.

La perspectiva que predomina en nuestros días es que todos somos víctimas de nuestro entorno: “Si crecí en una familia disfuncional, estoy destinado al fracaso en las relaciones”, “si aún no encuentro el amor voy a vivir de manera miserable”, "mi vida es desdichada si mi esposo es violento", etc. 

Este enfoque de la vida deja a cualquiera indefenso en un mundo hostil. Esto incita sentimientos de desesperanza y, a menudo conduce a la depresión. Desde luego que el entorno influye en quién eres, pero no te controla, en vez de ser una víctima indefensa, puedes superar un entorno lleno de obstáculos, ya sea un padre alcohólico, una familia disfuncional, unos padres con un carácter muy fuerte o un hogar sin mucho sustento económico. 

Tu entorno podría afectarte, pero recuerda que el amor de Dios por ti es más grande, que el puede transformar un presente difícil, dejar atrás un pasado lastimoso y poner en tu vida un futuro lleno de promesas y bendiciones, tu pasado no tiene porque dictar tu futuro. Cuando recibes el perdón de Dios estas entrando a una vida nueva con él, lo viejo quedo atrás y comienzas una transformación verdadera en el amor infinito de Dios.

Por: María Fernanda Velasco 

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