“Mujer de Dios”
Ayuda Idónea.
En su creación Dios piensa en la mujer como la compañía perfecta para el hombre, definiéndola como ayuda idónea. “Y dijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18).
Pero, ¿Qué significa ser ayuda idónea?
Ayuda: Acción que una persona hace de manera desinteresada para otra por aliviarle el trabajo, para que consiga un determinado fin, para evitar una situación de aprieto o riesgo que le pueda afectar.
Idónea: que reúne las condiciones necesarias u óptimas para una función o fin determinados.
Bien, si fuimos creadas con dicho propósito ¿qué debemos hacer? Primero que nada buscar a Dios, en su palabra encontrarás la guía perfecta para lograr tu propósito y comprenderás cuál es su perfecta voluntad.
En la práctica, si eres casada, tu esposo deberá saber y sentir que cuenta contigo en todo momento, no importa que circunstancias estén pasando: buenas, malas, de tristeza o de alegría, tu apoyo incondicional bajo la perfecta voluntad de Dios es imprescindible en tu matrimonio. “El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias” (Proverbios 31:11).
Apóyalo, cuídalo, ámalo, que el vea en tu rostro reflejado el amor que Dios le tiene a sus hijos, no busques sólo tu bienestar, recuerda que son una sola carne. “Le da ella bien y no mal, todos los días de su vida” (Proverbios 31:12).
No importa si tu esposo está pasando por un mal momento y no es precisamente el más cortés o delicado contigo, ora por él, intercede ante Dios por él, la oración es una forma de demostrar que eres su ayuda idónea. “Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido?” (1 Corintios 7:16).
Si aún no eres casada eres ayuda idónea con tus padres, hermanos, amigos e incluso hasta de ti misma, pon en práctica el amor y misericordia que Dios tiene contigo todos los días y ayuda sin esperar nada de regreso, Dios en su fidelidad te recompensará.
¡Dios te bendiga!
Por: Laura Martiñon
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